Documentales con label vasco
Con la excusa de la Semana del Cine Documental Vasco nos ponemos a reflexionar sobre esta vanguardia cinematográfica.
Cuando veas el siguiente taquillazo de Hollywood piensa que fue posible gracias a los documentales. Quizás sea una afirmación algo exagerada, pero es cierto que este género cinematográfico fue uno de los pioneros. Durante los primeros días del séptimo arte, las grabaciones que recogían la realidad de nuestras vidas sirvieron para enganchar a la sociedad a este curioso invento. Más tarde vendría la ficción, pero primero fue el documental. Desde tiempos inmemoriales a la humanidad le ha gustado contar o escuchar historias, ya fuesen fábulas o hechos reales. El cine documental no deja de ser una herramienta audiovisual que nos ofrece un relato real o ficticio y que puede tener diferentes enfoques.
Euskadi descubrió el cine documental poco tiempo después de su invento. Las primeras cámaras y equipos de rodaje llegaron a nuestra tierra a finales del siglo XIX. Incluso se afirma que las primeras grabaciones del cine nacional se dieron en Vitoria, concretamente en la que por entonces se denominaba plaza vieja de Vitoria (actual plaza de la Virgen Blanca). Esta filmación documental competiría con la famosa Salida de Misa de doce del Pilar de Zaragoza, que es hasta hoy la película datada más antigua del panorama nacional. El fotógrafo alavés Antonio Salinas adquirió su cámara en 1897 y filmó esta grabación días después de su regreso. Por desgracia no ha sobrevivido copia alguna de esta película.
La madurez del documental vasco
A medida que nos vamos acercando a nuestros días, el cine documental vasco adquiere un considerable nivel de calidad y respeto. Sin embargo, este camino no fue fácil. Los documentales de nuestra tierra han estado muy ligados a dos enfoques principales: la etnografía y la política. No han sido pocos los cineastas vascos que han buscado con su trabajo dejar constancia de nuestra identidad cultural y social, de nuestros hábitos y de los problemas de todo tipo que hemos vivido. Durante los años de guerra, las cámaras captaron el sufrimiento de una sociedad que se vio marcada por el dolor. Guernika (1937), del cineasta bilbaino Nemesio Sobrevilla es quizás el mejor ejemplo de documental vasco de la primera mitad de siglo. Este film en el que se ven las ruinas de la villa vizcaína así como el exilio de centenares de niños y niñas vascas fue el mejor instrumento de propaganda para captar la atención del mundo. Gracias a Guernika el eco de aquella barbarie llegó hasta el último rincón de nuestro planeta.
Con la llegada del franquismo, el cine vasco sucumbe y prácticamente no genera trabajos más allá de algunos realizados de forma casera o en cineclubs. Casi todo lo que se graba se hace al otro lado de los Pirineos, alejado de la censura de la dictadura. Pese a ello y durante la recta final del régimen van surgiendo figuras cinematográficas interesantes. Querejeta, Schommer, Olea, Erice o Mercero son algunos de los apellidos que hacen historia. De aquella etapa oscura hay que quedarse con Ama Lur (1967) de dos figuras poco cinematográficas como son Nestor Basterretxea y Fernando Larruquert.
Presente y futuro
La caída del régimen franquista vino acompañada por el aperturismo y la ruptura de la censura. A lo largo de las siguientes 4 décadas, el documental vasco siguió creciendo, ampliando su temática más allá de los conflictos políticos. No obstante, uno de los mayores referentes sigue teniendo a la política como eje central. La Pelota Vasca de Julio Medem fue uno de los largometrajes más comentados de 2003.
Los festivales de cine han servido para seguir promocionando documentales de nuestra tierra. El Zinemaldia de Donostia ha visto como muchos de ellos conseguían un reconocimiento merecido. Y desde hace 4 años, Vitoria-Gasteiz tiene una semana dedicada a ellos. Poco a poco, la Semana del Cine Documental Vasco se posiciona como una cita consagrada en el circuito cinematográfico de nuestro entorno. El Aula Fundación Vital nos ofrece los mejores trabajos presentados durante el año anterior, tocando temas sociales como la religión, la igualdad o simplemente contándonos historias curiosas.
El futuro es prometedor. Las plataformas digitales apuestan por los documentales y cada vez hay más personas que aman este formato. La cantera cinematográfica vasca sigue realizando documentales. Al fin y al cabo, el cine empezó siendo eso, un documental.